La nave espacial tripulada china Mengzhou forma parte de una generación modular de naves tripuladas desarrolladas para las futuras misiones lunares chinas previstas para finales de la década.

El ensayo, conocido como 'prueba crítica de escape a altitud cero', marcó un hito clave en el desarrollo del programa lunar tripulado de China. La nave completó con éxito su primera prueba de escape en tierra firme en el Centro de Lanzamiento de Jiuquan, en el desierto de Gobi.

Este tipo de prueba está diseñada para garantizar la supervivencia de la tripulación en caso de un fallo del cohete durante el despegue, limitando los riesgos en una fase crítica del lanzamiento.

Durante el ensayo, el vehículo elevó su cápsula de retorno, simulando una emergencia, y se separó limpiamente de la torre de escape en menos de 20 segundos, para luego aterrizar de forma segura mediante un sistema de amortiguación de bolsas de aire.

La Mengzhou forma parte de una generación modular de naves tripuladas desarrolladas para las futuras misiones lunares chinas, previstas para finales de la década mediante su versión de largo alcance. La nave presenta dos variantes diseñadas para cumplir dos funciones: una para misiones en estaciones espaciales con capacidad para siete taikonautas (astronautas o cosmonautas), y la otra para misiones lunares profundas.

"Como futura columna vertebral de los vuelos espaciales tripulados de China, este vehículo facilitará tanto las operaciones en la estación espacial como las misiones de exploración lunar. Esta exitosa prueba sienta las bases técnicas esenciales para futuros alunizajes tripulados", afirmó la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC, por sus siglas en inglés) en un comunicado emitido tras la prueba.

Aunque Pekín mantiene como objetivo conseguir un alunizaje tripulado hacia el 2030, esta prueba representa el primer ensayo de escape de emergencia desde 1998, en el marco del programa de la nave espacial Shenzhou.